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Pués estábamos algo aburridetes por el Picarral cuando recordé que tenía una borraja en algún lugar de la nevera, présto fuí a ello y me tropecé con una cerveza, bien empezaba la cosa. La encontré, la deshojé, la pasé a cuchillo y voila un «troncho» para presumir un buen rato. Decidí rodajearla, escaldarla y… encurtirla con vinagre & picante, perdimos el color (cosicas del vinagre) pero ganamos una aliada fardona para las ensaladas de casa o las de presumir (que hay mucho loco suelto).

Simplemente recordar que la proporción del agua y el vinagre va «al gusto» y que un poco de sal y cucharadita pequeña de azucar no le va mal, sobre el picante unas cayenas van bien, pero guindillas, tabascos, sriracha y demás ungüentos, pués también. Disfruten.

Borraja estaba estupefacta de ver a sus compi-verduras engalanadas hasta las hojas con las mejores prendas de Dior, a ella no le prestaban atención ni los Reyes Majos. Indígnose toda ella y al grito de «…a dios pongo por testigo» jurose que saldría de esto como una dama (verde, pero dama). Lo primero fue un baño rápido con unos librillos de gelatina y un chorrico de moscatel y a la nevera. Dispuso de unos barquillos para romperlos sin dolor y textura. Pasado el tiempo y con la complicidad de un aro que pasaba por allí redondeó su silueta sintiéndose sexy a la par que sencilla. Puso un disco, rellenó de los crujientes de la galleta y cerró con el otro. Sabía que tenía que aportar un tocado sedoso y membrilloso y no lo dudó en coger el de su amigo Pepe. Todas las divas de la nevera lucen sus túles dorados por donde quieran que pasen, Borraja decidió que el suyo sería de chocolate ético. Dicho y echo.

Se oía «pero esa no pinchaba?»

Sabemos que no es la mejor foto, o pero, es la del momento. Entrar por la puerta del Restaurante El Coloquio (Picarral) y que te «griten» que pases al salón comedor y descubras éste COLLAGE recreado con las fotos de ESTE BLOG, sobre LA BORRAJA, pues que quereis que os cuente, ilusión gorda, nerviós por todas las esquinas, miradas de complicidad, algún llorico y gracias, gracias y más gracias (Marisol, Javi y Sóle)

Se sentía bien, Borraja disfrutaba con todo lo que mimaba. Supo vestirse con interior negro aceituna para dar vida a sus fantasías, para que el verde la mirara con deseo y guiños, para presumir de mata.

En otro momento, las hojicas quisieron ser portada y abrazaron con su tempura esa «perla» de queso feta juntando dos universos y creando otro paralelo.

La dicha se convirtió en seda cuando la crema apareció en mesa, con aromas a comino y matices de Cointreau, fué la trufa quien dijo, éste plato lo rubrico yo.

Podría ser casual pero no lo es, podría ser verdad y así es, su calidad está reconocida con sello, por eso mismo todo éste blog está reverdecido por ella y así seguirá.

No le hizo falta pasarelas ni grandes fotógrafos su sóla presencia fijaba miradas, su brillo natural torsionaba cabezas para no perder detalle, cuando los detalles son mundos, se dejaba llevar y seducir pero al abrigo de unas manos mimosas la acariciaban, Borraja sabía ser sofisticada.

«siempre fue noticia, pero nunca fue portada…» cantaban Los Caños en el cassete y Borraja se sentía un poco así. Notaba como tomaban su nombre en vano, dolía ver como en congresos se exaltaba su potencial, pero de palabra, alegraba ver que los consumidores no la abandonaban, pero con patata, observaba desde el balcón que da la vida como la hostelería seguía otras modas (en ZgZ hay más pulpo que en toda Galicia) y decidió vestirse de guapa.

Primero selecciono un «troncho» juguetón y a sus pies lo alfombró de Queso Artesano de Letux en aceite, no hacía falta nada más, lo gustativo fué de diez.

Días atrás le hablaron de unas anchoas con mantequilla (me explico, en la lata no hay aceite sino mantequilla ecológica al uso) en concreto de la marca Revilla. No lo dudó y la abrazó con una «bufanda» de sabor, finura y placer,

Tiene una amiga en Foz-Calanda (Teruel) maestrosa & orgullosa de sus mermeladas El Ababol con una línea de Chutney’s para salsear y aromatizar que quita el sentío. Buscó el de cebolla (con todos sus aromatizantes) y lo postró a sus pies, lo de la lluvia de Trufa Negra es porque de Teruel no es cualquiera.

Sabedora de su potencial en postres por la ligereza de su textura, por su aporte de jugosidad y su refrescante sensación decidió hacerse foto con otras amigas que también lo son…

Terminó y se sentió bien, muy bien, lo dicho Orgullosa de ser Verde.

Ocurrió, tras varios años esperando han visto la luz las Borrajas Agridulces.  Ha merecido muchísimo la pena, la decisión de ponerlas en manos de las hermanas Molina, artesanas de lo encurtido y buena gente en general fué la mejor que pudimos decidir.  Estas muchachas son un angel pero debes respetar sus tiempos, todo se hace cuando se debe ni antes ni después, no quieras marcar, aquí las únicas que lo hacen son ellas porque sus productos se preparan cuando la naturaleza y sus estaciones lo dicen, por eso todas sus referencias están catalogadas siempre como «de lo mejor»  Ellas viven del campo y digamos que han creado un vínculo que no sabes donde empieza y acaba esta relación.  De ello nos beneficiamos todos en general y estas Borrajas en particular.

 

Lo dicho disfrútense y recuerden, si es «deMolina es deVermú»

A las 5 de la tarde Macarena había quedado para verse con Juan Carlos, desde la separación no se habían vuelto a ver y de ésto hacía ya seis días, eligieron El Botánico, lugar con encanto.  Manu, sirvió los cafés y les puso un bizcocho de zanahoria para acompañar (cosas de Juan Carlos).  La conversación entre ellos iba animada y alegre, pero algo importunó a Macarena.  El se disculpó de inmediato y poniendo rodilla en tierra le dijo eso de «a Dios pongo por testigo que jugaré a la Play sólo los fines de semana y fiestas de guar_20160210_183911dar…» Macarena (que era del Picarral) le contestó «niño, a tí de mayor te gustaría ser normal..?».  Manu, que desde su puesto era sabedor de la situación (y el resto del bar también) decidó intervenir y preparó unos bombones de chocolate.

Usó una cubitera de silicona, y puso en el fondo un molde para que al rellenar se quedara ese hueco vacio.  Una vez frío, quito el objeto y lo lleno de mermelada de Borraja que hace una mocica por Foz-Calanda.

Llegó con el plato a la mesa (que seguía movidita) y les dijo, chicos os dejo estos corazones, Blanco y Negro, porque estais ahí, pero recordar que hay un montón de grises en medio y Rojo, porque la pasión no puede faltar…y en el cassette sonaban Los Pecos.